“El Evangelio de Hoy”: Mc 12,1-12
Lectura del Santo Evangelio según san Marcos.
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar en
parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos: "Un
hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó la
casa del guarda, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. A su
tiempo, envió un criado a los labradores, para percibir su tanto del fruto de
la viña. Ellos lo agarraron, lo apalearon y lo despidieron con las manos
vacías. Les envió otro criado; a éste lo insultaron y lo descalabraron. Envió a
otro y lo mataron; y a otros muchos los apalearon o los mataron. Le quedaba
uno, su hijo querido. Y lo envió el último, pensando que a su hijo lo
respetarían. Pero los labradores se dijeron: "Éste es el heredero. Venga,
lo matamos, y será nuestra la herencia." Y, agarrándolo, lo mataron y lo
arrojaron fuera de la viña. ¿Qué hará el dueño de la viña? Acabará con los
ladrones y arrendará la viña a otros. ¿No han leído aquel texto: "La
piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor
quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente?"
Intentaron echarle mano, porque veían que la
parábola iba por ellos; pero temieron a la gente, y, dejándolo allí, se
marcharon. Palabra del Señor.
Reflexión
El Evangelio de
hoy nos presenta esta parábola resumen de la historia de Israel tomada del
profeta Isaías 5, 1-7, es también la forma como responde Jesús a quienes
cuestionan su autoridad. ¿Quién es el dueño de la viña? ¿Quiénes los
agricultores? ¿Quiénes son los empleados y el patrón? ¿Quién es el heredero?
¿Cuál es el mensaje? Con la parábola Jesús revela el origen de su autoridad, él
es el hijo, el heredero. Denuncia además el abuso de autoridad de los viñadores,
es decir, de los sacerdotes, los escribas y los ancianos que no cuidan
adecuadamente al pueblo de Dios. Defiende la autoridad de los mensajeros o
profetas enviados por Dios, pero rechazados y asesinados por los hombres y las
estructuras de poder.
Denuncia
también a las autoridades que matan al hijo porque no quieren perder la cuota
de poder que han acumulado a lo largo de los años a costa del sufrimiento y la
pobreza de sus compatriotas. En vez de convertirse, las autoridades de Israel
prefirieron matar a Jesús en la cruz. ¿Qué queda de esta parábola y su mensaje
en nuestras comunidades cristianas? ¿Estamos oyendo y siguiendo a Jesús o
seguimos prefiriendo quitarlo de en medio y organizándonos y actuando en contra
de su enseñanza? Es muy fácil excusarnos frente al Evangelio y crear
y seguir tradiciones nuestras completamente contrarias a Jesús.
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