EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

domingo, 21 de agosto de 2016

LOS ÚLTIMOS SERÁN LOS PRIMEROS

“El Evangelio de Hoy”: Lc 13, 22-30

Lectura del santo evangelio según San Lucas

En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: "Señor, ¿serán pocos los que se salven?" Jesús les dijo: "Esfuércense en entrar por la puerta estrecha. Les digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, se quedarán fuera y llamarán a la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos"; y él les replicará: "No sé quiénes son." Entonces comenzarán a decir. "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas." Pero él les replicará: "No sé quiénes son. Aléjense de mí, malvados." Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Miren: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El evangelio de hoy es un grito que resume la manera de Jesús ver la realidad: «Los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos». Para Jesús las cosas no son lo que deben ser, no se ajustan a la verdad de Dios.

Nosotros contemplamos la realidad, jerarquizada según nuestros criterios y valoraciones. Hay un Primer Mundo y un Mundo último. Hay personas con papeles y derechos, y otras sin derechos ni papeles. Hay rangos de orden social y religioso. Hay personas respetables y gentes despreciables. También ante Dios ha de ocupar cada persona su lugar. Uno está  en el centro presidiendo la liturgia, otros están más abajo; los mendigos se quedan fuera, junto a la puerta. Un día será al revés.

La sentencia de Jesús sacude nuestra rutina y nos urge a buscar el reino de Dios y su justicia. Los que brillan tanto, un día se apagarán en la oscuridad. Los que parecen algo, desaparecerán. Cada uno ocupará su lugar. Se hará justicia. Dios impondrá su verdad. Así pensaba Jesús.

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