EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

viernes, 21 de agosto de 2015

AMAR A DIOS Y AMAR AL PRÓJIMO

“El Evangelio de Hoy” Mt 22, 34-40

Lectura del santo evangelio según san Mateo:

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que había hecho callar a los saduceos, se acercaron a Jesús, y uno de ellos le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?" El le dijo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser". Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo".
Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los Profetas. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Para Jesús, el amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables. El amor a Dios y el amor al prójimo son dimensiones fundamentales, dice Jesús a los fariseos que intentan ponerlo a prueba. A nosotros nos toca hoy buscar la manera de articular la práctica de esta exigencia de fe en la vida diaria. A quienes creen que todo lo saben y quieren poner en apuros a Jesús, Él le recuerda el mandato que repetían los judíos al recitar la oración del Shemá, al comienzo y al final del día, pero enseguida añade otro mandato que está recogido en el libro del Levítico (Levítico 19, 18) sobre el amor al prójimo.


Este mandamiento nos exige más que cumplimientos formales, vivir profundamente en relación con Dios y con los que diariamente comparten nuestra existencia. Cuando elijamos uno sólo de estos dos amores los perderemos los dos pues son inseparables. Al Dios de Jesús y de La Biblia no se le encuentra desinteresándose del prójimo. El amor lo relativiza todo. Si un precepto no se deduce del amor o va contra el amor, queda vacío de sentido, no sirve para construir la vida tal como Dios la quiere. ¿Qué muestra en mi vida, mi amor a Dios y a los que me rodean?

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