EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

lunes, 27 de julio de 2015

EL REINO NO ES LO QUE PARECE

 “EL Evangelio de Hoy”: Mt 13, 31-35


Lectura del santo evangelio según san Mateo:


En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: "El Reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas". Les dijo otra parábola: "El Reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente". Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: "Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo". Palabra del Señor.

Reflexión

En el Evangelio de Hoy  Jesús habla de la Mostaza y de la levadura comparándolas con el Reino de Dios. No es cuestión de cantidad o de tamaño sino de eficiencia y eficacia amorosa. Así como la semilla de mostaza y el chin de levadura producen cantidades y tamaños satisfactorios, el reino de Dios crece con actitudes y prácticas que pueden parecer insignificantes o sencillas. En nuestra vida personal y comunitaria hay prácticas modestas como la oración, el estudio, la lectura bíblica, el reciclaje de materiales que, en su modestia, producen ricos y abundantes frutos. Aunque no pueden competir con el televisor, con el internet o con una formación universitaria, sin embargo tiene la cualidad de dejar abonado el terreno de nuestro intelecto y el de nuestros afectos para que  la Palabra de Dios y su mensaje transformen nuestra vida y las estructuras que impiden el crecimiento del Reino de Dios.


Olvidémonos de las grandiosidades productoras de conversiones en masa. Asumamos con responsabilidad nuestra fe cristiana y practiquemos la fraternidad que Jesús tanto nos recalca. En esas prácticas de cada día se va concretando el Reino de Dios. En la vida diaria se va expresando nuestra adhesión confiada a su voluntad. Casi todas las señales que Jesús realiza en los evangelios son manifestaciones sencillas enmarcadas en la vida cotidiana y en la realidad concreta… así es el reino de Dios. Jesús nos invita a que cada acción de nuestra vida sea una señal de que aceptamos el amor que Dios nos tiene y una muestra de que creemos en él.

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