EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 2 de mayo de 2015

SI ME CONOCEN A MÍ, CONOCERÁN A MI PADRE

"El Evangelio de hoy": Jn 14,7-6

Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto.»
Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» 
Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras. Créanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean a las obras. Se lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré.»
Palabra del Señor

Reflexión
En el proceso de discipulado, nosotros también queremos ver el rostro de Dios. Un deseo legítimo que, sin embargo, puede estar viciado por la incapacidad de comprender, de asimilar una experiencia donde Dios realmente está presente. A veces también porque nosotros queremos poner las condiciones del modo de acceder a Dios y no dejamos que se haga el encontradizo cuando toma la iniciativa y se presenta de manera no imaginadas por nosotros. Pero queremos ver su rostro y Él no nos niega esta posibilidad.
Pero si queremos ver al Padre, todas las posibilidades están en el encuentro con Jesús, el rostro visible del Dios que se acerca y se relaciona con nosotros, que se deja conocer y amar, porque antes nos conoce y ama a cada uno, a cada una. Esta experiencia transforma la vida de la persona, pues el conocimiento de Dios pasa por la amistad, por la intimidad, por confiarse a Él.
Jesús permanece en el Padre y el Padre en Él. Por eso Jesús dice claramente que es el camino, la verdad y la vida. Es el modo de acceso a Dios, en palabra y obra. E insiste sobre nuestra relación con Él y su relación con el Padre, en la que se establece, en clave personal y comunitaria, una triple relación mediada por el Espíritu: El Padre, Jesús, Nosotros. 
En su autodonación, Jesús también nos da esa confianza para creer y actuar en consecuencia. Como somos elegidos y tenemos la vocación de hijos e hijas, nosotros también compartimos su misión. Y somos llamados a hacer grandes obras como Él, para que el mundo tenga vida. Nosotros también tenemos la autoridad para perdonar, sanar, acoger, liberar, transformar esta realidad, en la que, conociendo al Padre en su Hijo, nos sentimos perdonados, sanados, acogidos, liberados...
Como amar y despojarse del egoísmo para servir a los hermanos es tan difícil el Señor, que nos conoce bien, quiere que estemos íntimamente unidos a Él. Así podremos realizar esa vocación y tarea que nos compromete como Iglesia. Nuestro esfuerzo estará sellado por su presencia que nos va transformando hacia la mujer y el hombre nuevos. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario