EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 17 de enero de 2015

"No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores"

"El Evangelio de hoy": 2,13-17.

Lectura del santo evangelio según san Marcos:

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba.
Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Se levantó y lo siguió. Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos: «¡De modo que come con publicanos y pecadores!»
Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»
Palabra de Dios

Reflexión
El modo de proceder Jesús ante el pecador provoca el cuestionamiento de la gente religiosa de su tiempo. En este relato del Evangelio de Marcos son los fariseos que, como acostumbran, no son capaces de convertirse al modo como Jesús se relaciona y ofrece la salvación a los considerados malos, fuera de la gracia de Dios. Y cuestionan a Jesús porque come con publicanos y pecadores, quienes son favorecidos por la acción salvífica de Jesús.
Mateo ha sido llamado y dejándolo todo sigue a Jesús. De ahí pasan a la mesa, donde están muchos publicanos y pecadores. Algo nuevo está comenzando cuando los pecadores y los marginados son convidados a sentarse a la mesa juntos con los que anuncian un Dios de vida y amor. Ellos son los que necesitan al médico que pasó sanando y haciendo el bien. Una nueva realidad de fe se abre en el horizonte de la vida, porque en Jesús el Dios compasivo y misericordioso es buena noticia para los pobres, para los pecadores, para los marginados de la sociedad.
Durante toda la semana, después del bautizo del Señor, Marcos nos ha mostrado cómo se está haciendo presente el Reino de Dios que Jesús anuncia como Buena Noticia para todos. El Evangelio se hace realidad palpable en la situación concreta de la persona. Y, como nos decía Puebla, se pasa de situaciones menos humanas a situaciones más humanas. Humanizar es amar, perdonar, ofrecer una posibilidad de vivir dignamente, de abrazar unas relaciones humanas en reconciliación y esperanza. 
Nosotros somos pecadores perdonados. Hemos sido llamados como Mateo. El Señor nos ha sentado a su mesa. Nosotros queremos que habite en nuestra casa, en nuestra historia, en nuestras vidas. A nosotros también nos toca seguirle, acoger no rechazar, comprender no juzgar, hacer presente tanta vida del Reino de Dios entre nosotros.

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