EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

viernes, 2 de enero de 2015

AÑO NUEVO, SANTA MARÍA MADRE DE DIOS



“El Evangelio de Hoy”: Lc 2,16-21

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo a Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho. Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Estamos celebrando el día de Año Nuevo. Un nuevo capítulo se abre en nuestra vida el cual tendremos que ir llenando cada día con nuestras vivencias diarias. Los medios de comunicación se encargan de bombardearnos un cúmulo de malas noticias, de tragedias, dramas, sufrimientos. Cada primero de enero la Iglesia celebra la fiesta de Santa   María Madre de Dios y nos invita a vivir la Jornada Mundial de la Paz. Participar de la obra creadora de Dios es hacer todo lo posible a favor de la paz. El tema del mensaje del Papa para esta Jornada Mundial de la Paz es “No más Esclavos, sino Hermanos” en este mensaje el Papa denuncia las modernas formas de esclavitud e invita a la comunidad internacional a un compromiso común para vencer este mal que según la institución “Vidimus Dominum”, concierne a 21 millones de personas.

Para combatir la esclavitud el Papa propone globalizar la fraternidad y luchar contra la indiferencia. Invita a promover el lugar de la mujer en la sociedad y valora el compromiso de comunidades religiosas en esta área. El Papa subraya que aunque la esclavitud ha sido formalmente abolida en nuestro mundo, ésta subsiste como un crimen de lesa –humanidad. Las causas de la esclavitud van desde la pobreza, el subdesarrollo y la exclusión, especialmente cuando estas se combinan con la falta de acceso a la educación y con la falta de empleos. El papa añade también la denuncia de la corrupción de quienes están prestos a hacer cualquier cosa por enriquecerse. La mundialización de la fraternidad y la solidaridad puede devolver la esperanza y la fuerza de retomar el camino en medio de los problemas de nuestros tiempos y las nuevas perspectivas que Dios pone en nuestras manos.

Al comenzar este nuevo año celebrando a María la Madre de Dios y madre de la Iglesia, retengamos todos los acontecimientos de nuestras vidas y meditémoslos en nuestros corazones. Analicemos nuestras vidas y todo lo que pasa en el mundo a la luz de la Palabra de Dios. En Jesús el Emmanuel, el “Dios con nosotros”, lo negativo no tendrá la última palabra. El mismo Espíritu que Dios le regaló a María y que la fecundó, nos ha sido dado a nosotros para discernir la presencia de Dios entre nosotros obrando la salvación de todos y todas. No dejemos de orar y bendecir a Dios y a favor de nuestros hermanos y hermanas. La bendición de la primera lectura de hoy es un bello ejemplo del deseo de Dios para nosotros y los demás. A lo largo de este nuevo año continuemos a trabajar por la justicia y por la paz, esa será nuestro aporte para que el 2015 sea un buen año. Con María y con toda la Iglesia y el mundo entero, oremos a Dios nuestro padre: “Oh Señor, envía tu espíritu que renueve la faz de la tierra.” Feliz Año Nuevo!

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