EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

sábado, 18 de octubre de 2014

"LA MIES ES ABUNDANTE Y LOS OBREROS POCOS"

El Evangelio de Hoy: Lc. 10,1-9

Lectura del santo evangelio según san Lucas 

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. 

Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Pónganse en camino! Miren que les mando como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos su paz; si no, volverá a ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y les reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: "Está cerca de ustedes el reino de Dios."»
Palabra del Señor

Reflexión

Celebramos octubre misionero. Mañana domingo es la Jornada Mundial de las Misiones. La invitación a orar intensamente y a colaborar generosamente con los misioneros, las  misioneras y las misiones alrededor del mundo, especialmente aquellas más alejadas, con más dificultades, donde vivir la fe es riesgoso, comprometido. 

San Lucas, cuya fiesta celebramos hoy, es evangelista y es misionero. Él nos muestra un camino muy concreto de participar en este gran proyecto del Reino de Dios. Con él, damos gracias por tantos hombres y mujeres, multitudes, que se apasionan por la predicación, por el testimonio, por el compartir, por formar la comunidad.

¡Cuánta generosidad, cuánta vocación de servicio! Tantos hombres y mujeres que a través de la historia dan testimonio: mártires, santos, evangelizadores, catequistas, consagrados y consagradas. Pero, Jesús nos muestra esa realidad permanente: La mies es abundante y los obreros pocos.

Roguemos al Señor que envíe obreros a su mies. Roguemos al Señor una mayor fidelidad al Evangelio, un mayor compromiso con la causa de los que en la persona de Jesús son reivindicados como personas, como Hijos e Hijas de Dios. Roguemos al Señor por tantos que salen a vivir con generosidad y asumen riesgos, a ejemplo del Maestro, hasta la amenaza de la propia vida. Pidamos que la bendición de Dios pueble la tierra y que el Espíritu habite en ella.

Roguemos también por nosotros, para que nuestra participación activa y confiada en el proyecto de Jesús sea lo que nos identifique en la alegría y la fraternidad. La mies es mucha, ¿somos obreros de esa gran obra de Dios?

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