EVANGELIO DEL DOMINGO
"Velen, porque no saben el momento". San Marcos, 51-62.

viernes, 5 de septiembre de 2014

"A VINO NUEVO, ODRES NUEVOS"

“El Evangelio de Hoy”: Lc 5, 33-39

Lectura del santo evangelio según san Lucas:

En aquel tiempo dijeron a Jesús los fariseos y los letrados: "Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber". Jesús les contestó: "¿Quieren que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán". Y añadió esta comparación: "Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo, porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: Está bueno el añejo". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Este primer viernes del mes de septiembre no olvidemos el amor que Dios nos tiene y sigamos reconociéndolo y  creyendo en él. ¿Cuál es nuestra reacción al escuchar un texto de los evangelios? La actitud que tomemos frente al Evangelio es fundamental a la hora de buscar avanzar en la vida cristiana. ¿Nos produce alegría, nos produce esperanza, nos permite la paz, nos mueve al compromiso? El Evangelio es una novedad. El Reino también lo es. Una de las tareas urgente de la vida cristiana, es volver a asumir el Evangelio y el Reino como una novedad que lo alegra todo y lo hace todo nuevo. Lo contrario sería convertir el Evangelio en nada, estaría vacío de contenido y de fuerza. “El Evangelio de Hoy” nos recuerda que el seguimiento de Jesús consiste en escucharlo hablarnos cada día con nuevos mensajes transformadores y que para apropiarnos esos mensajes  tenemos que renovarnos continuamente.

No caben expresiones estatistas ni actitudes ancladas en tradiciones estériles. Hemos de estar dispuestos a hacer nuestras las palabras y los gestos de Jesús para darle vida en nosotros, de manera nueva de forma que responda a las necesidades de nuestra desfigurada realidad. Las repeticiones de prácticas, acciones, ritos y posturas que hasta ahora no han sido capaces de producir la vida, el dinamismo y los frutos que Jesús espera, no sirve de nada. Dejémonos impulsar por el Espíritu de Jesús que nos llevará a confiar infinitamente en su promesa de estar siempre con nosotros y a trabajar junto a él en la construcción del Reino de Dios.

Nos daremos cuenta de que estamos viviendo la novedad del Evangelio de Jesús cuando importanticemos a nuestros hermanos y hermanas, cuando busquemos de manera activa, promover el bien y combatir el consumismo alienante que no nos permite vivir los valores vividos y propuestos por Jesús. Ánimo! Jesús es el Novio, él está con nosotros y no nos pide ayunos, nos invita a compartir nuestro pan.

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